miércoles, 14 de diciembre de 2016

Bella


Esta colección es la más especial que he hecho hasta ahora, porque no sólo es dibujo, sino también es un mensaje que necesitaba decir, y qué mejor que hacerlo a través del arte de la ilustración.
Quiero compartir con ustedes un tema que me toca la fibra personal, y que por lo mismo no es fácil de exponer, sin embargo, me motiva el pensar que alguna de ustedes puede sentirse identificada.

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Para mi, la apariencia física ha sido un tema desde la adolescencia. Nunca fui la popular del colegio, ni de la U, ni de ningún lado jeje, sino todo lo contrario, muy normal. Además desde chica he luchado con el sobrepeso, entonces viví una adolescencia en la que siempre me consideré inferior a mis demás compañeras y amigas en cuanto a la belleza sólo por el hecho de no estar delgada.
Ahora que soy mamá de una niña maravillosa, quisiera que ella creciera sabiendo dónde está su real valor, y que pueda darle a su apariencia la importancia en su justa medida. Que su físico no la defina, porque su identidad no está ahí.
Muchas mujeres (y cada vez más hombres también) sufren desórdenes alimenticios, depresión, o baja autoestima debido a esto, sentir que la belleza es una meta tan inalcanzable, pero a la vez es tan valorada por la sociedad, al punto que se ha convertido casi en un requisito para ser alguien en la vida. Requisito que aveces nos empuja a vivir en función de lograr ser como nos gustaría ser.

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Quiero compartir con ustedes una pequeña parte de lo que Dios me ha ido enseñando en este difícil, pero liberador proceso de descubrir la verdadera belleza, porque pienso que no soy la única mujer que ha experimentado, en alguna medida, la pesada carga de tener que verse bien y la frustración de, supuestamente, no lograrlo bajo los estándares que nos exige el mundo actual a través del bombardeo mediático.
Te invito a leer los textos que escogí para cada ilustración y detenerte a reflexionar.
Es prácticamente imposible expresar todo lo que quisiera en una serie de imágenes, y tampoco pretendo lograr esa ambiciosa tarea, pero lo que sí me gustaría es que pudieras ver en ellas un concepto; que para Dios la belleza no tiene que ver con el físico, la ropa, la dieta, o el tener 100% actitud. Tiene que ver con lo que hay en tu corazón.







Chiquillas, si lo que nos hace bellas está en nuestro corazón, entonces ¿Qué hay en nuestro corazón?
Un corazón sin Cristo tiene un potencial de belleza oculto, que sólo Él puede sacar a la luz a través de la transformación que hace en nosotros.
Yo les daré un corazón íntegro, y pondré en ellos un espíritu renovado. Les arrancaré el corazón de piedra que ahora tienen, y pondré en ellos un corazón de carne, para que cumplan mis decretos y pongan en práctica mis leyes. Ezequiel 11:19-20 (NVI)
Ahí está el valor, ahí está la belleza que no se desvanece.
Cristo nos hace libres, y esto incluye la esclavitud a nuestra apariencia.
La belleza como la conocemos desaparece, pasa con los años, y a pesar que lo sabemos, seguimos dedicándole tanto tiempo y esfuerzo a cultivarla. No seamos esclavas de nuestra imagen, basando todo nuestro valor en cómo nos vemos. Nuestro creador no nos diseñó para vivir la vida pensando en eso.
Eres una obra maestra que Dios creó para que camines en las buenas obras que él preparó para ti desde antes que nacieras.

Te invito a vivirlo :)

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